Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la gran https://ronaldodob019818.aioblogs.com/91211499/así-reaccionó-el-mundo-al-cabezazo-de-zidane